Sala de Prensa
Más turismo, más sostenible
"Lo relevante es que a los menorquines nos está yendo mejor, sin apenas menoscabo de nuestro entorno"
La temporada 2022 ha sido una buena temporada. Los aspectos positivos que permiten esta calificación han sido, en primer lugar avanzar hacia la desestacionalización y el segundo, el incremento del gasto medio.
Ya observamos en la temporada 2021 que la existencia de mayor conectividad nos permitió mantener una mayor ocupación y apertura de negocios hasta finales de octubre y esta temporada, a diferencia de la anterior, ha supuesto que se iniciara en el mes de abril.
El esfuerzo de colaboración del sector público y del sector privado, la responsabilidad y de la capacidad de diálogo y trabajo con los agentes económicos sin los condicionantes que claramente logran la división ha tenido sus frutos.
Los empresarios confiando en el inicio prematuro de la temporada, adelantando la puesta a punto de sus establecimientos, completando plantillas con antelación y manteniéndolas más allá del mes de septiembre y favoreciendo el poder adquisitivo de los menorquines. Y la administración, de la mano de los empresarios, enfocando la promoción en los meses de menor demanda de Menorca. Consiguiendo una mayor conectividad nacional e internacional.
De la estadística elaborada por el DM el pasado mes de noviembre cabe destacar los incrementos de casi el 34% en abril, y el 44% en el mes de octubre frente al anecdótico 5% de incremento en el mes de agosto. Destacamos también la recuperación del mercado británico y el crecimiento sostenido de los turistas franceses y sorprendentemente, la bajada del turista nacional en agosto y en septiembre.
Sin embargo, este éxito no se ha conseguido exento de dificultades, las subidas de costes fijos, la inflación, el incremento importante de los costes laborales debido a la demanda de mayor número de trabajadores, la reducción de la estancia media de nuestros visitantes, han limitado la rentabilidad de las empresas turísticas.
Y aún con estas circunstancias y con estos datos deberíamos alegrarnos del logro. Conseguimos atraer turistas en las puntas de la temporada. Y ralentizamos el crecimiento en los meses de mayor demanda vacacional. Estamos consiguiendo cambiar el modelo turístico que nos ataba a trabajar durante 3 o 4 meses a destajo, distribuyendo los visitantes y consolidando Menorca como destino vacacional no sólo de sol y playa.
Sin embargo, ha vuelto a surgir el debate de cada temporada, si vienen más turistas, si vienen menos turistas que nos conduce a la polarización de la sociedad y elimina la capacidad de construir juntos una Menorca sostenible, competitiva, digital e innovadora. Lo relevante es que a los menorquines, nos está yendo mejor, sin apenas menoscabo de nuestro entorno.
El modelo turístico deseado se está acercando. Algo está cambiando y hemos de ser receptivos y activos ante estos cambios. Todos lo estamos haciendo posible.
Siempre hemos querido que nuestros visitantes dejaran la pulserita a un lado y conocieran nuestra isla, que tuvieran un poder adquisitivo alto y que fueran respetuosos con el medio ambiente.
Que conocieran nuestra gastronomía, nuestro comercio, nuestro mar, nuestra cultura, nuestras tradiciones, que hubiera un mejor reparto de la renta turística, que los menorquines participaran de esta renta turística, como ya se había hecho en la época de mayor actividad industrial y que avanzáramos en la desestacionalización.
Estos dos últimos años ha quedado patente que Menorca está siendo capaz de redireccionar el modelo, que tengamos unos visitantes más interesados en conocernos, en ver lo que hacemos, como nos entretenemos, que comemos y donde nos bañamos, en plena temporada y al inicio y al final.
Y no negaré que este cambio ha producido algunas alteraciones, la principal es que ha habido una mayor movilidad y visibilidad de nuestros visitantes que ha provocado ciertas incomodidades.
Pero debemos reconocer que estas alteraciones provienen de la falta de previsión. De la falta de acondicionamiento de nuestras infraestructuras para asumir un incremento poblacional de pocos meses. Agua, suministro eléctrico, carreteras, residuos, playas, parkings, etc.
Y no debemos confundir preparar nuestras infraestructuras con la degradación del territorio, si no todo lo contrario. Pongamos imaginación y sentido común para que la estancia de nuestros visitantes sea compatible con vivir en Menorca. Debemos ser generosos y compartir todo lo bueno que tiene nuestra isla, porque compartiendo un territorio es más fácil conseguir el respeto de quien nos visita.
Estamos hablando de economía, y estamos hablando de sostenibilidad de nuestra isla y en esta materia no hay sentidos opuestos, todos, absolutamente todos los menorquines estamos en la misma dirección , todos tenemos nuestra responsabilidad con Menorca y con el turismo de Menorca si queremos alcanzar la prosperidad de todos y garantizar a nuestros hijos un futuro en Menorca.
Y sin duda, esta responsabilidad debemos asumirla como un reto que debemos aceptar, como el inicio de tomar consciencia de que es necesario que tanto agentes económicos, ciudadanos y visitantes estemos en condiciones de igualdad.
Estamos en una época de oportunidades para Menorca, manejamos sin parar palabras que conocíamos poco, circularidad, sostenibilidad, transformación digital, inteligencia artificial, acción local, todas ellas propiciadas por el empuje que pretenden los fondos Next Generation. Pues esta oportunidad no puede dejarse pasar. Deberíamos aprovecharlos para que la previsión que ha faltado hasta ahora no vuelva a escasear. Utilicemos estos recursos para acondicionar nuestra isla para lograr que la estancia de nuestros visitantes sea compatible nuestra forma de vivir.
Preparemos a nuestras empresas y a nuestra Administración en adelantarnos a lo que nos pueda llegar. Pongamos en orden las urbanizaciones, hagamos las inversiones necesarias en estas zonas, analicemos los problemas concretos y pongamos remedio huyendo de soluciones globales muy generalistas que en su aplicación nos crean nuevos problemas.