Sala de Prensa

PIME Menorca manifiesta su preocupación por las consecuencias del accidente ocurrido ayer, 10 de junio, en la carretera general de Menorca (Me-1), que mantuvo paralizada la circulación durante varias horas, dejando un herido grave, al quien desean se restablezca rápidamente sin más consecuencias y afectando gravemente tanto a la actividad económica como a la movilidad de residentes y visitantes.

Este incidente vuelve a poner de manifiesto una realidad que venimos denunciando desde hace años: la carretera general de Menorca sigue siendo, en lo esencial, la misma infraestructura de hace décadas. A pesar de las modificaciones puntuales realizadas en algunos tramos, la falta de una planificación integral y moderna nos condena a una situación de extrema fragilidad ante cualquier incidencia.

Las consecuencias para la actividad económica del accidente ocurrido en el tramo de Mahón a Alaior podrían ser más graves si se hubiera producido de Ferreries a Ciutadella, tramo en el que no existe opción alternativa de desvío.

No podemos permitirnos, como isla, quedar bloqueados cada vez que ocurre un accidente, una avería o cualquier circunstancia adversa. Esta dependencia de un único eje viario sin alternativas reales ni desdoblamientos adecuados es inaceptable en pleno siglo XXI, especialmente en un territorio con una alta presión estacional y una economía que necesita garantizar su conectividad interna con fiabilidad y seguridad.

“Lo sucedido ayer no es una excepción, sino la consecuencia lógica de no haber resuelto de forma definitiva el problema estructural de la carretera general. No podemos seguir siendo rehenes de una vía que no ha evolucionado al ritmo que lo ha hecho Menorca. La isla necesita una infraestructura moderna, segura y pensada para el presente y el futuro”, afirma Juan Carlos Fernández de Salort, presidente de PIME Menorca.

Desde la Federación, instamos una vez más a las administraciones competentes a afrontar con valentía y responsabilidad la necesidad urgente de una mejora profunda y estructural de la carretera general, dejando a un lado intereses partidistas o debates estériles. Lo que está en juego es el bienestar de la ciudadanía, la competitividad de nuestras empresas y la imagen que proyectamos como destino turístico.

Menorca no puede seguir dependiendo de una infraestructura que ya no responde a las necesidades actuales de la isla.