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El optimismo deja paso a la preocupación entre los empresarios

19/07/2018 El inicio y la continuidad de la temporada turística no está siendo bueno.

El inicio y la continuidad de la temporada turística no está siendo bueno. Menorca ha perdido un número significativo de turistas desde el inicio de la temporada que no se recuperarán en el devenir del verano. Es muy importante, empresarialmente hablando que la temporada se inicie con optimismo, repercute en la creación de las plantillas de las empresas, que este año han iniciado con un mayor número de trabajadores en previsión de una temporada similar a la del año pasado y con el objetivo puesto en el mantenimiento durante toda la temporada. Estas expectativas no se han cumplido y muchos empresarios no han cubierto el coste que esto supone.

No se trata sólo del efecto negativo en las cuentas de resultados sinó de la situación en la que los trabajadores se verán al no poder mantener la ocupación en los mismos niveles a final de temporada o al inicio de la siguiente.

El optimismo propiciado por la temporada precedente se ha convertido en preocupación, no sólo por los resultados de la presente sino también por las consecuencias que puede tener durante la temporada baja.

Sin duda, el mal comienzo de la temporada significará una pérdida de poder adquisitivo para todos, empresarios y trabajadores. No sólo los directamente relacionados con el turismo, sinó todo el tejido productivo de Menorca. No debemos obviar esta dificultad afectará a otros sectores como el del comercio, la construcción, transportes, servicios personales, etc.

Es necesario efectuar una reflexión sobre el devenir de esta situación, en la que todos los agentes tenemos nuestra parte de responsabilidad, empresarios, trabajadores y administración.

Nuestros empresarios están realizando inversiones para la mejora de sus establecimientos para poder ofrecer los mejores servicios y realizando una mejora continua en la calidad de sus productos y servicios, incrementando plantillas aun contando con un significativo aumento de los costes laborales. Pero no es suficiente, a este esfuerzo debe sumarse el apoyo de la administración en mantener y mejorar nuestro capital turístico y en ocasiones, las decisiones políticas no están ayudando a ello.

Los avances en las intenciones normativas sobre algunas cuestiones y la falta de capacidad de reacción de la administración son los mayores peligros a los que nos enfrentamos.

Decisiones tomadas en el ámbito de Menorca como el cierre al acceso de algunas playas como Macarella o Favàritx, el deplorable estado de la carretera general, que no olvidemos llevamos soportando ya cuatro años, la falta de inversiones en infraestructuras en las urbanizaciones, el estado en el que se encuentran muchas playas, sin arena y sin limpieza, la falta de servicios de socorrismo y de hamacas y servicios, la necesidad de dotar al camí de cavalls con servicios para los usuarios, no están ayudando en absoluto a la mejora del destino. Debemos entender que la imagen que se proyecta de Menorca es de descuido, falta de previsión y de poco interés en tener una isla a punto de recibir visitantes.

Es en estas materias en las que la Administración local puede actuar con mayor diligencia y contundencia.

Otras cuestiones como la limitación que provocará el decreto de posidonia para que los navegantes puedan acceder a zonas costeras, la obligación de sustitución de vehículos de alquiler por eléctricos sin contar con las repercusiones para las empresas locales, la prohibición del alquiler turístico y la estricta zonificación, la creación del impuesto turístico y la subida operada a partir de esta temporada, también son factores que no favorecen que nuestro destino se consolide en los mercados emisores ya que no se emite un mensaje de bienvenida ni invita a fidelizar a nuestros visitantes.

Los datos recogidos entre más de 200 empresas turísticas indican que nuestros visitantes están gastando menos en destino y confirman que la prohibición del alquiler turístico es un factor determinante para ello. La posibilidad de atraer a turistas con mayor capacidad de gasto es uno de los objetivos que siempre ha tenido Menorca y que no somos capaces de alcanzar.

Los sectores de servicios turísticos, especialmente restauración, comercio y de actividades de ocio están ya notando gravemente la consecuencia de la prohibición del alquiler turístico. Otros sectores industriales la han notado en gran medida y se resentirán finalizada la temporada, pequeñas reformas, nuevas decoraciones y rehabilitación y modernización de viviendas susceptibles de destinarse al uso turístico se han ralentizado y más lo harán durante la finalización de la temporada cuando ante la inexistencia de ingresos muchos particulares decidan no invertir en sus viviendas.

Lamentablemente Menorca no ha sido capaz de posicionarse como destino en el mercado vacacional, nunca hemos sido primera opción en la elección del lugar donde pasar las vacaciones. Y en épocas como las actuales, en la que otros destinos resurgen compitiendo en precios siempre salimos perdiendo. Y no aprendemos, no se trata de una circunstancia excepcional, en la trayectoria histórica turística de Menorca viene pasando cíclicamente.

Posiblemente esto haya ocurrido porque ninguno hemos prestado demasiada atención en que podemos hacer para consolidar el destino, a fidelizar a nuestros clientes, en mostrar nuestro destino como el más atractivo del mundo. Es necesaria la recuperación de algunos mercados emisores tradicionales como el británico y la consolidación de otros más incipientes, como el francés.

Para conseguir esto creemos necesario que la visión empresarial en la configuración de las decisiones que afectarán a la economía de Menorca sea más cercana, que éstas vengan acompañadas de unas medidas que minimicen los efectos negativos que puedan producir.

Nuestros empresarios están viendo como en casi todos los ámbitos la Administración traslada la responsabilidad de sus decisiones al empresariado, mientras por otra parte, no ha sido capaz de entender las consecuencias que ello supone para las pequeñas economías empresariales de Menorca.

La tardanza en dar respuesta a muchas peticiones, permisos y autorizaciones, también está perjudicando las posibilidades de crecimiento empresarial, no sólo turístico, sino en todos los ámbitos económicos.

Más empatía, diligencia y traspaso de conocimiento entre el sector público y privado supondría mejores resultados y más inmediatos en la puesta en marcha de muchas políticas. Los empresarios están dispuestos a ello, falta que la administración dé el paso.

La oportunidad más cercana está en la revisión del PTI.

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